PREGUNTA
“Tengo 27 años y me gustaría adoptar a un niño. No sé si es porque me siento sola o solo porque quiero tener algo mío y que no me lo quiten. ¿Será que soy muy insegura de mi misma? ¿Qué opina de esto?”
RESPUESTA
Apreciada amiga:
Gracias por preguntar, y si te atreves a hacerlo es porque has traspasado una barrera mental que te ha hecho vencer el miedo de plantearte algo así.
¿Qué es la adopción?
Puede parecer pueril lo que voy a decir, pero es necesario, adoptar a un niño no es lo mismo que tener una mascota. Es una vida humana, que no se puede dejar y que implica grandes desafíos para los cuales no todos los seres humanos están preparados. No digo que no puedas, digo que es necesario replantearse el por qué, antes que el para qué.
Creo que hay un problema en el planteo de tu pregunta que puede estar revelando una dificultad que debe ser tratada antes de que puedas adoptar. Cuando dice “quiero tener algo mío y que no me lo quiten”, estás usando un criterio equivocado. Para empezar nadie puede ser dueño de una persona, eso es esclavitud. Nadie, ni aún los padres biológicos, pueden considerar “suyos” a sus hijos. Los hijos son un regalo maravilloso, pero no nos pertenecen, se pertenecen a sí mismos, son autónomos, individuos que han venido a nuestras vidas, pero tienen que emprender el vuelo y partir para formar su propio hogar.
Usar el apelativo “mío” para referirse a un hijo, es un signo de que algo no está bien en la manera de enfocar la paternidad. Un hijo es un obsequio maravilloso, que viene, en primer lugar, a nuestras vidas, para formarnos, para darnos la oportunidad de crecer como seres humanos. Cuando nos apropiamos de alguien, y lo hacemos “nuestro”, aún con las mejores intenciones, lo que podemos lograr es frenar su vida, y convertirla en una extensión de la nuestra. Por esa vía sólo se tienen hijos frustrados que sienten que sus padres les han puesto un cepo y cadenas, y no le han dado la libertad para crecer. No olvides que se crían águilas para volar y no para que estén permanentemente en el nido, eso es contra natura.
La adopción, por tanto, es el final de un largo proceso de introspección, donde una persona decide que quiere colaborar con el desarrollo de otra persona, criándola, dándole un contexto de amor y aceptación, y poniéndolo en un contexto donde pueda desarrollarse de la mejor forma posible.
Ser padre e inseguridad
Si estás queriendo tener un hijo para suplir necesidades personales, tampoco es justo. En ese caso el hijo se convertirá en un medio y estarás “usando” a un niño para que te ayude a superar tus conflictos personales, cosa que no es digna ni justa para nadie.
Los hijos no pueden ni deben ser un medio para ayudarnos a superar problemas y conflictos. Eso es tan malo como mujeres que se embarazan de cualquier hombre o por inseminación artificial, sólo para tener la sensación de ser madres, en ese caso, piensan en ellas y no en la criatura.
En otros casos, matrimonios con problemas y conflictos maritales, que con un hijo pretenden solucionar sus dificultades, y desean que el hijo “los una”, cuando en la práctica sucede todo lo contrario, si antes de nacer el hijo tenían problemas, luego del nacimiento, éstos aumentan por la presión de saber que se han “amarrado” permanentemente por un hijo.
Un hijo no es bastón para inválidos emocionales. No es pegamento para matrimonios en crisis. No es una cuenta bancaria para cuando se es anciano. Un hijo es una persona que no pidió venir a este mundo ni a nuestra vida, y que merece todo el respeto del mundo para ser tratado con dignidad como individuo y como un ser creado a imagen y semejanza de Dios.
Calificaciones para adoptar
Sé que en algunas legislaciones no se permite a personas solteras adoptar niños. Nunca he estado de acuerdo con ese concepto, que en el fondo lo considero sexista e injusto. He conocido a muy buenas madres y padres solteros. La dificultad no va por allí, sino por las condiciones que se le pueden dar a un niño.
Para empezar, aunque cueste creerlo, especialmente para quienes no tienen hijos. Un hijo es caro. No sólo porque hay que alimentarlo, vestirlo, darle atención médica, proveerle un hogar digno y muchas cosas más, sino porque tener un hijo es una caja de Pandora. Puede pasar cualquier cosa y hay que estar preparado, no sólo económicamente sino también anímicamente.
Eso implica que debes en primer lugar pensar en ser solvente. Tener un trabajo no es suficiente, es preciso tener los medios económicos suficientes para criar a un niño. Esa es una de las razones por la que suelo decirle a las parejas que posterguen el tener hijos al menos hasta el cuarto año de matrimonio, de esa forma, pueden prepararse, no sólo para la adaptación de ser pareja, sino para reunir los recursos para el nuevo integrante de la familia. Las aves son más previsoras que muchos seres humanos, nunca empollan a una avecilla a menos que antes no tengan listo el nido.
Por otro lado, debes tener la suficiente entereza física y psicológica como para adoptar. No es suficiente querer, es necesario estar preparada. En tu caso, definitivamente creo que debes visitar a un profesional de la salud mental, un psicólogo o psicóloga, que te guíe para lograr manejar los sentimientos que estás teniendo respecto a ti misma, y para que seas evaluada si estás en condiciones o no de ser madre soltera. No se trata de que si te sientes mal en algún momento quieras devolver al niño que adoptaste, no es una mascota que se lleva al lugar donde lo encontramos. Es un hijo, por eso, precisas de ayuda previa para poder diagnosticar exactamente qué te pasa y luego, para recibir la ayuda que requieras para superar lo que te ocurre, eso puede llevar un tiempo, pero valdrá la pena en tanto te ayude para crecer como persona y aprender a manejar aquello que en este momento te perturba.
Tus problemas de soledad no se resolverán con un hijo, sino con aprender a vivir contigo misma y recibir la ayuda que necesitas para encarar la dificultad que vives. Si no lo solucionas antes, entonces, adoptar, en tu caso tiene el potencial de convertirse en un gran error. Nunca deberíamos buscar a un ser humano para superar la soledad, eso es convertir a otro en un medio, y eso moralmente, no es justo. Es además, un acto de egoísmo, el pensar en adoptar exclusivamente porque se tiene una dificultad personal.
Invertir el pensamiento
En el caso de la adopción muchos hablan de “buscar” un niño o niña para adoptar. El asunto es al revés, es un niño o niña la que busca ser adoptado. Es en la necesidad del pequeño que hay que centrarse no en la de los adultos. Por esa vía, se termina convirtiendo al bebé en un medio y termina siendo una pesadilla, porque a menudo, las expectativas no cuadran con la realidad.
Cuando las personas se enfocan en el niño, entonces, su perspectiva cambia. Sólo así pueden estar conscientes de las necesidades profundas de un niño. Además, los niños “adoptables”, a menudo son niños con graves carencias afectivas, que han sido abandonados, rechazados, o simplemente, no amados, por esa razón, quienes se atreven a adoptar tienen que tener algunas características de personalidad superiores, que los habiten para enfrentar esta situación. Adoptar, en el fondo, es un acto de amor y de servicio, que debe ser cuidadosamente analizado y sopesado.
Por esa razón, la mayoría de las agencias y legislaciones que trabajan con el tema de la adopción insisten que los derechos y las necesidades del menor están por sobre las necesidades de los adultos que están pretendiendo adoptar.
El procedimiento de adopción se da por medio de un proceso de ficción jurídica, donde se le da a una o más personas, la tuición del niño, y como es preciso que todo ser humano en derecho, tenga identidad, dichas personas le otorgan al niño sus apellidos. A partir de allí, legalmente el niño tiene padres, que para los casos de la paternidad, no hay diferencia entre ser biológico o jurídico. Lo que importa es que cumpla el rol, siempre he creído que padre o madre no es el que procrea sino el que cría, así que allí calzan perfectamente los padres de hijos adoptivos.
Ayuda posterior
He conocido suficientes casos de padres que han adoptado, que han cometido serios errores al no solicitar ayuda pre y pos adopción. En ambos casos se precisa orientación y guía de profesionales competentes, no sólo desde la perspectiva legal, en el caso de los trámites de adopción, sino de educadores y psicólogos que oriente a la persona o a la pareja que adopta, para que no cometa errores de omisión o transgresión.
Es un error de omisión no decirle a un niño o niña que es adoptado, por ejemplo, cosa que de no hacerse a tiempo y con la orientación adecuada genera muchos conflictos internos en una persona que está en formación y necesita con urgencia de identidad. Ese proceso debe ser acompañado por profesionales que saben y que tienen las herramientas adecuadas para guiar en el transcurso de dar esta información. Es importante el cómo y el cuándo, por eso es fundamental, pedir ayuda.
Es un error de transgresión, tratar a un niño adoptado como si fuera una copa de cristal que se fuera a quebrar. Muchos que adoptan se convierten en padres permisivos, porque tienen miedo de que el hijo algún día pueda recriminarles algo, por lo que psicológicamente, no se ponen en el papel de padres. Ser padres no es para ser simpático ni agradable, al contrario, el poner reglas, disciplinar, establecer límites, a menudo es visto por los niños o niñas, como un acto desagradable y que provoca una reacción negativa. Sólo cuando van creciendo van entendiendo las ventajas de ser criados en un hogar donde la firmeza es acompañada de amor, y donde la permisividad no está permitida.
Familia
Por último, un niño necesita una familia, no sólo una madre. Por esa razón, el ser soltero tiene una desventaja, se carece de la contraparte masculina (o femenina, en el caso de un varón que adopte), para criar con equilibrio a un niño.
No es fácil, pero no es imposible, suplir dicha necesidad. Para eso necesitarás ayuda, empezando por tu familia de origen. Hermanos, tíos o padre, deberán entender que si adoptas un niño, ellos, si están calificados, deben convertirse en los modelos masculinos que el hijo o hija necesitarán en su vida. Por esa razón, es algo que también debes dialogar con tu familia de origen, porque de otro modo, tendrás una dificultad muy grande, y puede que la ausencia de figuras masculinas, pueda afectar al niño de alguna forma. En este caso, también debes evaluarlo cuidadosamente con el profesional que te oriente en este camino.
Conclusión
Si pides ayuda, para prepararte para este paso, entendiendo que precisas de mucha fortaleza interior y de equilibrio adecuado para no convertir a una persona en un medio sino entender que siempre todo individuo es un fin en sí mismo, entonces, si puedes adoptar. Si te rehúsas a aceptar ayuda, en ese caso, mejor que te compres una mascota, al perrito le harás menos daño que a un ser humano.
Ser padre o madre es un privilegio enorme, pero la tarea no está exenta de dificultades. Prepararse para ese proceso es un imperativo moral, especialmente entendiendo el valor que cada ser humano tiene.
Ojalá tomes las decisiones correctas, un niño o una niña, te lo podrían agradecer.
________________________________
“Tengo 27 años y me gustaría adoptar a un niño. No sé si es porque me siento sola o solo porque quiero tener algo mío y que no me lo quiten. ¿Será que soy muy insegura de mi misma? ¿Qué opina de esto?”
RESPUESTA
Apreciada amiga:
Gracias por preguntar, y si te atreves a hacerlo es porque has traspasado una barrera mental que te ha hecho vencer el miedo de plantearte algo así.
¿Qué es la adopción?
Puede parecer pueril lo que voy a decir, pero es necesario, adoptar a un niño no es lo mismo que tener una mascota. Es una vida humana, que no se puede dejar y que implica grandes desafíos para los cuales no todos los seres humanos están preparados. No digo que no puedas, digo que es necesario replantearse el por qué, antes que el para qué.
Creo que hay un problema en el planteo de tu pregunta que puede estar revelando una dificultad que debe ser tratada antes de que puedas adoptar. Cuando dice “quiero tener algo mío y que no me lo quiten”, estás usando un criterio equivocado. Para empezar nadie puede ser dueño de una persona, eso es esclavitud. Nadie, ni aún los padres biológicos, pueden considerar “suyos” a sus hijos. Los hijos son un regalo maravilloso, pero no nos pertenecen, se pertenecen a sí mismos, son autónomos, individuos que han venido a nuestras vidas, pero tienen que emprender el vuelo y partir para formar su propio hogar.
Usar el apelativo “mío” para referirse a un hijo, es un signo de que algo no está bien en la manera de enfocar la paternidad. Un hijo es un obsequio maravilloso, que viene, en primer lugar, a nuestras vidas, para formarnos, para darnos la oportunidad de crecer como seres humanos. Cuando nos apropiamos de alguien, y lo hacemos “nuestro”, aún con las mejores intenciones, lo que podemos lograr es frenar su vida, y convertirla en una extensión de la nuestra. Por esa vía sólo se tienen hijos frustrados que sienten que sus padres les han puesto un cepo y cadenas, y no le han dado la libertad para crecer. No olvides que se crían águilas para volar y no para que estén permanentemente en el nido, eso es contra natura.
La adopción, por tanto, es el final de un largo proceso de introspección, donde una persona decide que quiere colaborar con el desarrollo de otra persona, criándola, dándole un contexto de amor y aceptación, y poniéndolo en un contexto donde pueda desarrollarse de la mejor forma posible.
Ser padre e inseguridad
Si estás queriendo tener un hijo para suplir necesidades personales, tampoco es justo. En ese caso el hijo se convertirá en un medio y estarás “usando” a un niño para que te ayude a superar tus conflictos personales, cosa que no es digna ni justa para nadie.
Los hijos no pueden ni deben ser un medio para ayudarnos a superar problemas y conflictos. Eso es tan malo como mujeres que se embarazan de cualquier hombre o por inseminación artificial, sólo para tener la sensación de ser madres, en ese caso, piensan en ellas y no en la criatura.
En otros casos, matrimonios con problemas y conflictos maritales, que con un hijo pretenden solucionar sus dificultades, y desean que el hijo “los una”, cuando en la práctica sucede todo lo contrario, si antes de nacer el hijo tenían problemas, luego del nacimiento, éstos aumentan por la presión de saber que se han “amarrado” permanentemente por un hijo.
Un hijo no es bastón para inválidos emocionales. No es pegamento para matrimonios en crisis. No es una cuenta bancaria para cuando se es anciano. Un hijo es una persona que no pidió venir a este mundo ni a nuestra vida, y que merece todo el respeto del mundo para ser tratado con dignidad como individuo y como un ser creado a imagen y semejanza de Dios.
Calificaciones para adoptar
Sé que en algunas legislaciones no se permite a personas solteras adoptar niños. Nunca he estado de acuerdo con ese concepto, que en el fondo lo considero sexista e injusto. He conocido a muy buenas madres y padres solteros. La dificultad no va por allí, sino por las condiciones que se le pueden dar a un niño.
Para empezar, aunque cueste creerlo, especialmente para quienes no tienen hijos. Un hijo es caro. No sólo porque hay que alimentarlo, vestirlo, darle atención médica, proveerle un hogar digno y muchas cosas más, sino porque tener un hijo es una caja de Pandora. Puede pasar cualquier cosa y hay que estar preparado, no sólo económicamente sino también anímicamente.
Eso implica que debes en primer lugar pensar en ser solvente. Tener un trabajo no es suficiente, es preciso tener los medios económicos suficientes para criar a un niño. Esa es una de las razones por la que suelo decirle a las parejas que posterguen el tener hijos al menos hasta el cuarto año de matrimonio, de esa forma, pueden prepararse, no sólo para la adaptación de ser pareja, sino para reunir los recursos para el nuevo integrante de la familia. Las aves son más previsoras que muchos seres humanos, nunca empollan a una avecilla a menos que antes no tengan listo el nido.
Por otro lado, debes tener la suficiente entereza física y psicológica como para adoptar. No es suficiente querer, es necesario estar preparada. En tu caso, definitivamente creo que debes visitar a un profesional de la salud mental, un psicólogo o psicóloga, que te guíe para lograr manejar los sentimientos que estás teniendo respecto a ti misma, y para que seas evaluada si estás en condiciones o no de ser madre soltera. No se trata de que si te sientes mal en algún momento quieras devolver al niño que adoptaste, no es una mascota que se lleva al lugar donde lo encontramos. Es un hijo, por eso, precisas de ayuda previa para poder diagnosticar exactamente qué te pasa y luego, para recibir la ayuda que requieras para superar lo que te ocurre, eso puede llevar un tiempo, pero valdrá la pena en tanto te ayude para crecer como persona y aprender a manejar aquello que en este momento te perturba.
Tus problemas de soledad no se resolverán con un hijo, sino con aprender a vivir contigo misma y recibir la ayuda que necesitas para encarar la dificultad que vives. Si no lo solucionas antes, entonces, adoptar, en tu caso tiene el potencial de convertirse en un gran error. Nunca deberíamos buscar a un ser humano para superar la soledad, eso es convertir a otro en un medio, y eso moralmente, no es justo. Es además, un acto de egoísmo, el pensar en adoptar exclusivamente porque se tiene una dificultad personal.
Invertir el pensamiento
En el caso de la adopción muchos hablan de “buscar” un niño o niña para adoptar. El asunto es al revés, es un niño o niña la que busca ser adoptado. Es en la necesidad del pequeño que hay que centrarse no en la de los adultos. Por esa vía, se termina convirtiendo al bebé en un medio y termina siendo una pesadilla, porque a menudo, las expectativas no cuadran con la realidad.
Cuando las personas se enfocan en el niño, entonces, su perspectiva cambia. Sólo así pueden estar conscientes de las necesidades profundas de un niño. Además, los niños “adoptables”, a menudo son niños con graves carencias afectivas, que han sido abandonados, rechazados, o simplemente, no amados, por esa razón, quienes se atreven a adoptar tienen que tener algunas características de personalidad superiores, que los habiten para enfrentar esta situación. Adoptar, en el fondo, es un acto de amor y de servicio, que debe ser cuidadosamente analizado y sopesado.
Por esa razón, la mayoría de las agencias y legislaciones que trabajan con el tema de la adopción insisten que los derechos y las necesidades del menor están por sobre las necesidades de los adultos que están pretendiendo adoptar.
El procedimiento de adopción se da por medio de un proceso de ficción jurídica, donde se le da a una o más personas, la tuición del niño, y como es preciso que todo ser humano en derecho, tenga identidad, dichas personas le otorgan al niño sus apellidos. A partir de allí, legalmente el niño tiene padres, que para los casos de la paternidad, no hay diferencia entre ser biológico o jurídico. Lo que importa es que cumpla el rol, siempre he creído que padre o madre no es el que procrea sino el que cría, así que allí calzan perfectamente los padres de hijos adoptivos.
Ayuda posterior
He conocido suficientes casos de padres que han adoptado, que han cometido serios errores al no solicitar ayuda pre y pos adopción. En ambos casos se precisa orientación y guía de profesionales competentes, no sólo desde la perspectiva legal, en el caso de los trámites de adopción, sino de educadores y psicólogos que oriente a la persona o a la pareja que adopta, para que no cometa errores de omisión o transgresión.
Es un error de omisión no decirle a un niño o niña que es adoptado, por ejemplo, cosa que de no hacerse a tiempo y con la orientación adecuada genera muchos conflictos internos en una persona que está en formación y necesita con urgencia de identidad. Ese proceso debe ser acompañado por profesionales que saben y que tienen las herramientas adecuadas para guiar en el transcurso de dar esta información. Es importante el cómo y el cuándo, por eso es fundamental, pedir ayuda.
Es un error de transgresión, tratar a un niño adoptado como si fuera una copa de cristal que se fuera a quebrar. Muchos que adoptan se convierten en padres permisivos, porque tienen miedo de que el hijo algún día pueda recriminarles algo, por lo que psicológicamente, no se ponen en el papel de padres. Ser padres no es para ser simpático ni agradable, al contrario, el poner reglas, disciplinar, establecer límites, a menudo es visto por los niños o niñas, como un acto desagradable y que provoca una reacción negativa. Sólo cuando van creciendo van entendiendo las ventajas de ser criados en un hogar donde la firmeza es acompañada de amor, y donde la permisividad no está permitida.
Familia
Por último, un niño necesita una familia, no sólo una madre. Por esa razón, el ser soltero tiene una desventaja, se carece de la contraparte masculina (o femenina, en el caso de un varón que adopte), para criar con equilibrio a un niño.
No es fácil, pero no es imposible, suplir dicha necesidad. Para eso necesitarás ayuda, empezando por tu familia de origen. Hermanos, tíos o padre, deberán entender que si adoptas un niño, ellos, si están calificados, deben convertirse en los modelos masculinos que el hijo o hija necesitarán en su vida. Por esa razón, es algo que también debes dialogar con tu familia de origen, porque de otro modo, tendrás una dificultad muy grande, y puede que la ausencia de figuras masculinas, pueda afectar al niño de alguna forma. En este caso, también debes evaluarlo cuidadosamente con el profesional que te oriente en este camino.
Conclusión
Si pides ayuda, para prepararte para este paso, entendiendo que precisas de mucha fortaleza interior y de equilibrio adecuado para no convertir a una persona en un medio sino entender que siempre todo individuo es un fin en sí mismo, entonces, si puedes adoptar. Si te rehúsas a aceptar ayuda, en ese caso, mejor que te compres una mascota, al perrito le harás menos daño que a un ser humano.
Ser padre o madre es un privilegio enorme, pero la tarea no está exenta de dificultades. Prepararse para ese proceso es un imperativo moral, especialmente entendiendo el valor que cada ser humano tiene.
Ojalá tomes las decisiones correctas, un niño o una niña, te lo podrían agradecer.
Tal como en las otras respuestas, publicamos la misma con autorización de la persona involucrada. Sin embargo, quienes nos preguntan a través de nuestro blog, asumen la autorización explícita para publicar la respuesta en el mismo sitio.
Copyright: Dr. Miguel Ángel Núñez
No se permite la publicación de este material sin la previa autorización del autor.
Muchas gracias por su comentario Pastor. En nuestra iglesia he encontrado muy poco material y ayuda para la infertilidad y para la adopción. Tengo 10 años de feliz matrimonio, pero no pude tener un hijo. Lo he deseado con todo mi corazón desde que era una niñita y jugaba a las muñecas. Ahorita tengo 42 años y ya no tengo esperanza de tenerlo, pues lo intentamos con todos los procedimientos médicos conocidos. Muchas veces sentí que tuvimos que recorrer ese camino solos, sin la ayuda de la familia de la iglesia porque sencillamente el tema les incomoda. Y muchas veces en la iglesia se hacen comentarios poco sensibles al respecto. Recuerdo un pastor que dijo en su sermón: "los hijos son una bendición de Dios sólo para aquellos que son dignos de ellos." En otra ocasión una esposa de pastor dijo: "benditas ustedes las madres de Israel, porque sí han hallado gracia ante Dios por sobre todas las demás mujeres". En ambos casos me salí llorando de la iglesia. Sé que soy sensible al tema y no lo dicen con mala intención, pero duele. Una vez una hermana mayor me dijo que tenía que orar toda una noche y arrepentirme de mis pecados, porque por eso Dios no me daba hijos. Que la Biblia lo decía muy claramente. La dejé hablando sola porque el dolor que sentí no me dejó contestarle.... Gracias a Dios he encontrado ayuda al respecto en otros lugares y principalmente en Dios y en su palabra. El no ser madre es una herida que todavía me duele demasiado, pero al mismo tiempo he encontrado en el camino fuerza de lo alto para seguir y mi fe se ha fortalecido. Gracias ha Dios mi esposo siempre me ha apoyado y ha sido amoroso y comprensivo conmigo. Ahora estamos orando para tomar las mejores decisiones en cuanto a la adopción, por eso valoro mucho sus comentarios. Dios lo bendiga.
ResponderEliminar